Antes de que Jack (Ben Affleck), el protagonista de The Way Back (2020), se convirtiera en un alcohólico miserable, fue el capitán de basquetbol de su equipo local y el mejor que jugó en su tiempo. Hasta la fecha nadie ha jugado mejor que él en su preparatoria católica y hay pancartas en el auditorio en las que se conmemoran sus años de estrellato. Ya que el equipo lleva siendo la burla del torneo desde hace años, uno de los clérigos encargados decide invitarlo de vuelta, para que los entrene, en un presente en el que su éxito en la cancha se ve como si nunca hubiera existido.
Esa es la trama de la película que nos deja deseando saber más detalles sobre todos los demás personajes pero, llena de acción y erupciones de demonios personales, la historia se entrega de forma amena, con la honestidad de Affleck encima de todo. Su personaje es un alcohólico que toma hasta cuando se baña y lo vemos repetir su rutina solitaria varias veces con algunas de esas aventuras nocturnas llenas de errores que ocurren ocasionalmente y que nunca nos parten el alma tanto como las de Nicholas Cage en Leaving Las Vegas (1995) o nos transportan a la paranoia y el terror interno de Ray Milland representado en The Lost Weekend (1945), pero se atreven a mostrarnos la estéril relación que el individuo tiene con el mundo.
Una historia sobre cómo debemos poner la cara ante la vida y enfrentarla, por más lastimados que nos tenga, y de superar nuestros demonios y no afectar a nuestros seres queridos, el drama deportivo expresa arrepentimiento y otros cuantos sentimientos pesados de parte de su protagonista atormentado por su pasado, pero a pesar de que sus alumnos y la disciplina que conlleva el deporte le ayudan a resaltar lo que le queda de amor por la vida, la historia se aleja de darnos varios de los detalles de cómo se forma el equipo en competencia y los jóvenes que acarrean el torneo junto con Jack quedan casi ignorados por su historia y nos quedamos con ganas de conocerlos a fondo.
La película en conjunto, sin embargo, le deja a uno observar la lucha tanto de Jack sufriendo por sus problemas como el de los jóvenes jugadores desertados, que no tienen nadie que los apoye fuera de estos sacerdotes y maestros que no tienen comprensión de sus mentes como si en vez de décadas de diferencia de edad fueran siglos. Lo curioso es que a pesar de que Jack está en un plano depresivo durante todo el filme, su presencia ante los jóvenes funciona como una esperanza, un regreso de una mitología de la misma institución, y puede hacer algo que los demás adultos en la escuela no se ven capaces de hacer: comunicarse con ellos y darles el ánimo para que no caigan en lo mismo que él.
The Way Back. 2020. Dir: Gavin O’Connor. 108 min.
Disponible a la renta en YouTube.